domingo, 29 de junio de 2008

Nelio Correa

El Nelio Correa es una navío mercante que realiza la ruta Belem-Manaus y, además de transportar mecancías, admite pasajeros. Los brasileños utilizan este tipo de barcos para moverse por la Amazonia porque resultan mucho más baratos que las lanchas rápidas o el avión. Así se tarda 5 días en cubrir el trayecto desde la desembocadura hasta Manaus, ciudad en la que confluyen los ríos Negro y Solimes y toman el nombre Amazonas. El pasaje simplemente te da derecho a colgar tu hamaca en una de las cubiertas. Cuando llegué, la de abajo ya estaba llena, a pesar de que no había ventilación ni apenas luz. Arriba conocí a un argentino, un mejicano y una australiana y nos hicimos fuertes... sospechoso que los locales eligieran dormir abajo y los turistas arriba... En cualquier caso, al final todo el barco se llena y acabamos así de apelotonados, aunque nos las prometíamos muy felices.

En cuanto arrancaron los motores entendimos por qué la gente se colocaba abajo. Por si el ruido era poco molesto, todas las noches había tormenta tropical y aunque estaba cubierto, te calabas. Parece mentira que yo haya estudiado 6 años de ingeniería! Aún así el viaje es agradable, resulta muy auténtico viajar como los autóctonos, ver amanecer y anochecer en el Amazonas es una maravilla, durante el día se avistan aves y algún delfín rosado, por la noche las estrellas son espectaculares. Lo más divertido llega cuando se pasa por algún poblado; los niños reman en sus canoas hacia el barco, lanzan ganchos y lo abordan para vender gambas (a 1 euro el kilo!), plátanos, etc.

En fin, toda una experiencia, aunque no sé si la repetiría, estoy agotada, hemos llegado con 16 horas de retraso y hace unas 20 que no como, menos mal que mañana el desayuno es bufé :) Creo que ahora estoy lista para adentrarme en la selva.

domingo, 22 de junio de 2008

En el infierno y en el cielo

Antes de nada, agradeceros vuestros comentarios y mails, y disculparme por tardar tanto en escribir. Estoy en el norte de Brasil, una zona espectacular pero muy pobre y falta de infraestructuras.
Llegar a Jericoacoara ya me pareció complicado: 2 horas de avión, 6 de bus y 1 de camioneta. Lo único bueno del viaje fue que conocí a un argentino que tenía una posada allí, me dejó quedarme medio gratis y me enseñó cómo moverme por la zona. Jeri es un pueblecito de pescadores al que acuden hippies y surfistas, un lugar con mucho encanto en el que la principal actividad es subir a la duna a ver la puesta del sol.

Desde Jeri el viaje fue bastante infernal. Fuera de la temporada turística sólo se puede ir de un pueblo a otro en "transporte colectivo": camionetas que paran en la plaza del pueblo, avisan para donde van, se llenan de arroz, patatas, etc. y encima se sienta la gente. Se viaja hacinados, con un calor mortal y dando unos botes que te destrozan todo el cuerpo porque los caminos no están asfaltados. Así hice de Jericoacora a Camocim, de Camocim a Parnaíba, de Parnaíba a Tutoia, de Tutoia a Rio Novo y de Rio Novo a Barreirinhas. En uno de los pueblo aproveché que tenía que esperar dos horas para ir al hospital. Nada grave, con una roca me hice una herida muy fea en el pie, no podía caminar. El hospital no era tan malo como esperaba; pocos medios y gente con pinta de estar muy enferma, pero me atendieron rápido (creo que me pasaron la primera porque lo mio sí tenía solución) y la cura fue muy profesional y efectiva.

En el último trayecto, cuando la camioneta estaba completamente llena, en plan tetris, aparecieron más personas y algunos se subieron al techo, uno aún intentaba sentarse con nosotros, así que yo me ofrecí voluntaria para subir y dejarle mi sitio, pensé "no puede ser peor que esto"... si nadie se ofrecía por algo era!! Aún me duelen los brazos de sujetarme para no salir volando, menos mal que sólo eran 3 horas.
Bueno, al final llegué a Lençois Maranhenses, un paraíso de dunas y lagunas, tan alucinante como se ve en la foto ;)

Sin duda, las recompensas han estado a la altura de los esfuerzos de viaje. Mañana marcho para Belem a remontar el Amazonas; creo que no estoy preparada, ayer había una ranita en mi cuarto y monté una escena hasta que me dieron otro...

lunes, 16 de junio de 2008

Ayer pasé miedo... (mamá no leas esta entrada)


Ayer por la noche volaba de Rio a Salvador de Bahia, donde prudentemente había reservado un albergue al que sabía llegar. El vuelo se retrasó así que ya no pasaban buses, me hice amiga de unos guiris y les propuse compartir un taxi (antes intenté hacerme amiga de brasileiros para que me llevaran gratis, pero no hubo suerte). Al final conseguí que nos llevara un tipo de Hertz que a esa hora no teía clientes por la mitad de precio. Primero dejó a los guiris en su hotel de la playa, estaban perdidísimos y tan contentos de que les hubiera ayudado que me pagaron todo... woopy!
A partir de ahí todo fue mal; el conductor no tenía idea de cómo llegar a mi calle, se paró a preguntar a un yonky, pero muuuy yonky, que a su lado los vagabundos de la Gran Via son gentlemen... el yonky se ofreció a guiarnos e iba trotando delante del coche arrastrando una pierna, hasta que se cansó y se encaramó al parabrisas, agarrado como un murciélago. Atravesamos los barrios más chungos que he visto en mi vida (lo que os imagináis cuando hablan de favelas, pero sin Ronaldo juagando al balón) y yo pensaba "ya está, éstos están compinchados, con suerte sólo me roban". Pero no, resultó que de verdad me llevaban a mi albergue. El fallo fue que les pagué y se fueron antes de fijarme que todas las puertas, incluidas las de mi albergue, estaban cerradas a cal y canto (y por algo sería).
Así que allí estaba yo, con mis pintas de turista, a las 2 de la madrugada, en el Pelourinho, el distrito histórico de Bahia, que los locales del vuelo me habían dicho "é muito perigoso". Empecé a caminar, más que nada por no quedarme parada, y se me acercó un chaval negro que se ofreció a llevarme a una pousada. Le seguí porque no tenía muchas más opciones... y bueno, al final he acabado en un hostal muy chulo y barato, aunque cuando llegué tenía esta cara de susto. Por suerte, el Pelourinho tiene mucho mejor aspecto a la luz del día :)
A ver, que ayer se me cortó internet antes de que pudiera subir las imágenes del Pelourinho por el día, ahí van. Por cierto, hoy me he encontrado con aquellos guiris en la playa y me han invitado a unas cervezas porque se alegraban mucho de verme sana y salva... haciendo amigos!

sábado, 14 de junio de 2008

Con razón




He pasado estos dos últimos días en Rio de Janeiro, a la que llaman la Cidade Maravilhosa. Suficientes para llevarme una impresión de lo especial que es.
En el centro se combinan perfectamente los edificios coloniales con los rascacielos, y resulta sencillo mezclarse en la vida bulliciosa de sus calles. El Cristo Redentor impresiona y las vistas desde Corcovado son espectaculares. Las playas de Copacabana e Ipanema son fantásticas, no sólo por la arena blanca y el agua turquesa, sino por el ambiente que le dan los cariocas que juegan a futvolley, hacen surf, etc.
Que conste que aquí es pleno invierno, pero aún así la vida gira entorno a la playa y a tomar zumos charlando en la calle... A Rio le llaman Cidade Maravilhosa; con razón.

miércoles, 11 de junio de 2008

Hora de la verdad

Ha llegado el esperado momento; en menos de 12 horas comienza mi viaje...
Intentaré escribir cada dos o tres días y colgar fotos para que sigáis mis evoluciones, y agradeceré todos los comentarios! Para infundirme ánimos, tomo prestada esta cita:
"Life is not measured by the number of breaths you take,
but by the places and moments that take your breath away"